En realidad no debería ser yo quien escribiese esto acá pero el que debería hacerlo sé que no lo hará, así que cojo el relevo en forma de escotex y me lanzo.
Vamos a hacer un juego, primero lo primero y segundo lo segundo.
En pasado.
Hace tiempo, no mucho pero el suficiente, había bastantes grupitos pululando por esta piel de toro que tenemos por patria. Algunos ficharon por algún sello (mayormente los que tenían un colega que tenía un colega y eso), otros no duraron ni dos maquetas, otros perduraron a duras penas, los muchos fueron llamados tontipop, grupos piruleta y tal y cual. La cuestión es que muchos mantenemos la esperanza de una época tal que aquella. Esperamos que las listas de los mejores discos en castellano al final de año tengan al menos diez referencias y no cinco como se estila. Y no porque no haya, que tampoco, sino porque no hay nada nuevo, están los de siempre con sus discos de siempre que sólo sirven para que las nuevas generaciones se suban al carro pero aquellos que ya estamos nos iremos pasando poco a poco al rap-solo de un MC bastardo.
En fin, algunos echamos de menos esas maquetas cutres, con su sonido cutre, con su pop amateur y definitivo.
En presente.
Al parecer uno de aquellos grupitos de antaño perdura. Perdura sin perder el rumbo, algo que no le ha pasado a todos aquellos grupos, que han “madurado” hacia nuevas atmósferas, cosa que se entiende pero no se puede escuchar.
Pues bien estos chicos de Santiago de Compostela han vuelto a volver, con cuidado, cuatro canciones, un sonido nada cutre y agradecido de escuchar. Su maqueta es gratis, como antaño, y vía internet la consigues en unos minutos y la escuchas todo lo que quieras (recuerda el Repeat tiene dos posiciones, una para repetir una canción y otra para todas las canciones) Ya verás como al final no puedes parar de descansar bajo el sol y en el mar. Entonces empezarás a recordar nombres de los grupos de aquella época… a mi me salen unos cuantos pero mi mente la ocupa uno sólo que va a cuatro ruedas.
El otro día alguien comentó que hace tiempo que no se actualiza. Yo, raudo y veloz, acudo a A best truth para interrumpir esa sequía con este alfabeto de Tom Gauld, sacado de Cabanon Press.
LOS DIEZ “MILMILLONARIOS” ESPAÑOLES, JA
Me levanto y lo primero que hace Benatella es acercarme la prensa diaria. Decir la prensa sería excesivo: me pasa una selección de artículos que aparecen publicados en los principales rotativos españoles. También en los periódicos más importantes del mundo.
Me incorporo y leo mientras mis tripas hacen sus primeros ruidos. Leo y luego desayuno. Siempre este orden. No me ducho, no. Me levanto duchado. Un hombre de mi condición lo consigue sin ningún mérito.
Leo una noticia, otra, otra, otra… Y llego a este esperpento de noticia que me sacude por dentro: “Los diez milmillonarios españoles”. Amancio, Rafa del Pino, Jesús, Esther, Isak Andin, Rosalía, Emilu (Emilio Botín), Manu Jovér, Alicia y Gabi Escarrer. NO ESTOY. NO ESTOY. Pero ¿qué clase de chisme es este?, ¿dónde han consultado?, ¿a quién? Llamo a Benatella. Se encoge de hombros. Sonríe y tuerce un poco la cabeza. Me regala su mejor sonrisa. De desabrocha un botón de la camisa, otro, otro...
Fue uno de los diez mejores polvos de mi vida. A tomar por culo “ricos” de mierda.
JOSE ANTONIO DE LA SANTOS Y KESELMAN
Mr.
Wyman ama la penumbra, la falta de luz y la estética del siglo XIX.
Vive de noche y se hospeda en las pensiones más lúgubres de la ciudad.
Cuando se quita las gafas de sol lo ve todo rojo. “Anda, como los
toros” le dijo la última mujer que aspiró a ser Mrs. Wyman. “No se como
ven los toros, y no me interesa” contestó él.
Mr. Wyman visita los
sitios de interés por la noche, en solitario. Durante el día disfruta
de la compañía de sus mascotas disecadas mientras fuma tabaco negro e
imagina las historias más brillantes jamás imaginadas.
Nunca ha
podido ser captado por las cámaras porque misteriosamente su rostro
siempre sale deformado. Eso sí, ha dejado de soñar porque la última vez
que lo hizo fue con una mujer a la que no quería volver a ver. Ella
odiaba el 8 mm, las fotos quemadas, el sexo y los cuentos infantiles de
futbolistas holandeses retirados.
Mr. Wyman adora a los niños y el
pollo en el horno de leña de su castillo medievo. En realidad más que
los niños adora visitar sus parcelas en el cementerio, no porque sean
de niños sino por la sana costumbre de sus progenitores de adornarlas
con baldosines de colores, con su cruz y todo.
El padre de Mr. Wyman
murió en el parto así que su madre tuvo que encargarse de todo,
incluido el taller de taxidermia más reputado de la campiña. Todos
aquellos que conozcan el mundo de los ojos de cristal habrán reconocido
su apellido, Wyman, perteneciente a una larga estirpe de cirujanos.
Mr.
Wyman ha conseguido mantener a raya sus brotes esquizofrénicos gracias
a la combinación de coñac y alguna que otra droga alucinógena. “Si no
puedes con tu enemigo, únete a él” le dijo su madre antes de suicidarse.
Mr.
Wyman invirtió la fortuna heredada en partidas de poker, peleas de
gallos y los días pares en las carreras de galgos. Siempre apostaba por
el can más mediocre. Siempre perdía. Menos cuando ganaba entonces
recuperaba en una sola carrera lo invertido en toda la semana. “No está
mal” pensaba en esos momentos de dicha.
La señorita se ha empeñado en pagar las putas pilas con la tarjeta. En mi barrio no está bien visto pagar con tarjeta. Eso es una mariconada. La fila crecía y la maquinita para cojer tarjetas no cojía la puta susodicha. No la coje. Voy a probar otra vez. Decía la cajera. Ahh vale . Decía la tía pesada. Diez minutos esperando para pagar las putas pilas. Metete la tarjetita por el culo. Y si te caben las pilas, también. No lo he dicho pero me ha oído. Ha llegado mi turno. Cuatro treinta y seis. Dos monedas de dos euros. Una de veinte. Una de diez céntimos. Una moneda de cinco céntimos. Moneda de un céntimo. Como un señor he quedado.